viernes, 27 de junio de 2008

Canonicemos a los pendejos

Uno de los problemas de la democracia es que vuelve políticamente incorrectas las comparaciones. Se supone que todos somos iguales, así que cualquier insinuación al contrario te convierte en un mamón elitista.

No me importa. Hay niveles.

Nada tan entretenido como escuchar la forma en que narran los partidos de futbol en la tele abierta últimamente. A los narradores les encanta usar términos como "peso específico", "escenarios", "estrategias a priori (¡¡sic!!)"; aunque la mejor frase que escuché (¿cuántas me habré perdido?), digna de transmitirse al espacio para mantener a los pobrecitos extraterrestres alejados de esta trampa, es:

"Quedan pocos minutos de juego, pero ya es cosa sabida que el tiempo es relativo y por lo tanto puede pasar cualquier cosa"

Jojojo. Claro, y como la energía y la masa son equivalentes el resultado de un juego es directamente proporcional a la cantidad de tamales que desayunan los jugadores. Denme tortas de tamal y les daré el campeonato del mundo.

A estas alturas supongo que sería mejor para todos, ya que andamos quedándonos sólo con retrasados en los comentarios del partido (excepto Aguirre, que no es retrasado pero sí nomames de aburrido y anticlimático y lleno de datos tipo y-me-importa-por...), que de una vez le den el micrófono a Galilea Montijo, Andrea Legarreta, Alan Tatcher, Adal Ramones y Jordi Rosado, al menos aumentaría el humor involuntario.

Porque lo que son los narradores dándoselas de literarios y cultos, nomás dan pena. La idea de hablar elegantemente del futbol la sacaron de las crónicas europeas, propensas al uso de figuras retóricas y a exaltar el lado épico del deporte. Un ejemplo, sobre el juego Alemania-Turquía de la Eurocopa:

It was always going to take something special to eliminate Turkey, like one of those movie monsters that can be killed only by a stake through the heart, or a silver bullet. It was going to need a savage plot twist, perhaps, or a ruthless hero, coldly determined to meet his destiny for the cause. Somehow, because this is what they do in big football tournaments, the Germans found such a man, and such a narrative, at St Jakob-Park last night. [...]

(O sea: Siempre iba a hacer falta algo especial para eliminar a Turquía, como a uno de esos monstruos de las películas que sólo pueden ser asesinados por una estaca en el corazón o una bala de plata. Se requería un salvaje giro en la trama, quizá; o un héroe despiadado, fríamente determinado a enfrentarse a su destino por la causa. De alguna manera, porque es lo que hacen en grandes torneos de futbol, los alemanes hallaron tal hombre, y tal narrativa, la noche de ayer en St. Jakob-Park.)


Ahí encaja la comparación. Sobre el futbol pueden construirse cualquier cantidad de interpretaciones geniales, incluso literarias; pero no se logran nomás echándole ganas. De a chicle y pega no pasa más que esto:
la repetición absurda de idioteces con la esperanza de, algún día, dar en el clavo.

"Es rete mala la situación de España en lo futbolísticamente hablando, hermano. A veces pienso que tienen una enfermedad mala mala, así como nada amable y nada buena onda, así como mala... ¡ya sé, hoy en la transmisión diré que España tiene malaria! Eso tiene que gustarle a la jefa, ¿a poco no?" Por eso hoy los de Azteca se la pasaron diciendo que España le tenía que ganar a Alemania "para salir de la malaria".

Este post es efectivamente muy mamón y digno de lo que Plaqueta llamaría la actitud "es que es otra cultura goeei" y siempre será ocioso (y un signo insufrible de, omm, insufribilidad) comparar a los europeos con nosotros; pero tengo por lo menos un ejemplo palpable y redivertido de choque cultural. Cuando los televisos llevaron a la inauguración del mundial de 2006 a Juan Villoro, podía verse convivir en el mismo encuadre a las formas europea y mexicana de contar el futbol. El resultado fue un festín de humor involuntario, lleno de momentos maravillosos tipo:

-Villoro: es que el espíritu alemán se ha distinguido siempre por su magnificencia, ya Goethe o Beckenbauer o bsbsbsbs.....
-Televiso: ommm... sí. ¡Pero qué bonitas lucecitas prenden las alemanas en el centro de la cancha!

-Villoro: Cuando Pelé casi anotó ese gol fue uno de los más altos momentos del futbol, el Azteca se cimbró como asasasas...
-Televiso: ommm... sí. Ahora vamos con el compayito, que está con las güeras chichonas que vinieron a ver a Brasil.

Aaay.
Todo eso me recuerda mi más caro sueño: un programa de televisión donde Vicente Fox entreviste a personajes-relevantes-de-la-cultura-nacional-e-internacional. El invitado sería sorpresa y el expresidente improvisaría las preguntas.

Al final de las transmisiones de la Eurocopa, como al final de las conferencias de Fox y al final de cualquier día, los comparadores maniáticos siempre podremos reírnos. Yo, en mi pontificar insufrible, acabo por disfrutar mucho los contrastes mamones entre lo culto y lo pseudoculto.
Si te las das de genio, si te quieres ver bien acá apantallando al respetable con tu sapienticidad... gracias, me has hecho el día. Me has dado un post. Me has dado una razón para vivir.

La próxima vez que estés deprimido, no mires hacia adelante. Mira hacia atrás, quizá ver a tanto pendejo amontonado te reconforte: después de todo, en la escala evolutiva que va del ser humano al zombie, ya llevas avanzado un trecho.

BTW:
Le puse estrellitas mide calidat a los posts, porfis no sean así y califiquen cada uno, este su blog de confianza está interesado en el feedback y está dispuesto a darle al respetable lo que le gusta. ¡Gracias, vales mil, nunca cambies!

viernes, 6 de junio de 2008

Historia de una pifia

1
Entre los temas irrelevantes de plática de esa mañana estuvo que un mexicano ganó en Cannes con la pinche historia mamila del letrero y el publicista. Alguien dijo que los franceses premian cualquier cosa y yo recordé que Roger Ebert dijo en alguna de sus reseñas que en Cannes ganaría hasta un director ciego.
Después del clásico y nunca ejecutado "mandemos un corto ora sí" cada quien regresó a vegetar a su pedacito de universo. En algún momento entre el café, la galleta y los titulares de la mañana pensé que después de todo si ese menso ganó, y con esa historia, quizá sea ya el momento de grabar. Pero qué hueva y lo mío lo mío son los videoclips. Más café, adios a la galleta, hola estupor académico. Mañana, tarde, noche...

2
Dicen en el portal de algún periódico, posiblemente el Reforma, que la historia del corto no fue original. Worales con su investigación periodística, al rato van a descubrir que La Sirenita era un cuento antes que una película. ¡El Premio Nacional de Periodismo, qué bárbaros!

3
No hay alarma que me levante, siempre acabo por convertir su tonadita en suave rumor dentro de sueños que incluyen agua o viento o vuelo. Lo único que puede conmigo es el timer de la tele, con Loret de Mola incluido; el noticiero es maravilloso despertador porque entre los bsbsbsbs y blablabla que te llegan de aquel lado del sueño se cuelan suficientes pendejadas como para que pongas atención y abras los ojos. Esa mañana algo así como "y entonces pido disculpas a mi auditorio por pasarme con el chavo del corto.... bsbsbsbsbs .... ¿entonces no va a demandar, señor don autor del corto español? Hombre, que esa historia es de lo más conocido... bsbsbsbs.... O, ts es que a mi amá le llegó el mail desde hace como tres años y ta re lindo, uno se reteinspira harto.... bsbsbsbs.... nos han escrito muchos publicistas para decirnos que esa fábula es muy conocida en el medio, Ogilvy la menciona en su libro publicado en los ochenta... bsbsbsbs... que no era en Cannes lo que se dice Cannes sino en un festival que algo así como la escuela primaria urbana federal Jean Jacques Rousseau organiza al mismo tiempo para llamar la atención... bsbsbsbsbs..." zzzzzzzzzzzzz
¿Eh? ¿Que ya son las qué!
...

4
Tres pinches días para darse cuenta de que, duh, la fabulita (tierna pero oh so chafa) era conocida ampliamente por todo un gremio. Tres días tres para que los periodistas, que se supone estudian junto a los publicistas y trabajan más o menos cerca de ellos, se enteraran de la pendejada que hacían. Los publicistas lo tomaron con sentido del humor, nada como ver a los taraditos de la tele boxear con su sombra. Tómenla por andar dando vuela a noticias irrelevantes, me voy al New York Times, ¡se quedan en su trampa, zoquetes!

5
Casi sin querer fui testigo de cómo se da vuelo a una mentira sin que alguien haga algo hasta tres días después y usted disculpe. Pues por mí chido, pero ¿cómo hacerle para volver a confiar en ustedes? Si no pueden caminar la larga distancia que separa la redacción de la oficina de publicidad, ¿cómo creerles que en una nota, cualquiera, que requiere más que preguntar a los del piso de arriba, van a tener información certera?

6
zzzzzzzz... "bsbsbsbs.... no, el narco no nunca no.... bsbsbsbsbs.... pero a quién le creemos... bsbsbsbs.... pero los muertos.... bsbsbsbsbs.... es que vamos ganando, aunque no lo parezca.... bsbsbsbsbs" ...zzzzzzzzzzzzz

7
En algún lugar de la Sierra de Sinaloa alguien, divertido, grita: ¡se quedan en su trampa, zoquetes!