Espero que no te creas eso de que Starbucks es la octava maravilla y que paga bien a los productores de café; no existe una transnacional nultimillonaria capaz de funcionar con buena ondita que sea más que imagen (mentira pues). Lo cual para mí está bien, a mí me gusta Starbucks; pero si eres de las personas a las que les preocupa que haya sangre detrás de su moka-latte-venti, date una vuelta por Starbucks stirred by trade fair film, por The Guardian. La nota habla de un documental cuya página es ésta, por si quieres buscar el torrent.